ÁNIMO PARA TRABAJAR

David Wilkerson

La oración y la humildad, junto con un odio por el pecado, producen un “ánimo para trabajar”. “Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar” (Nehemías 4:6). Los verdaderos avivamientos de santidad siempre producen trabajadores. Libros y seminarios y conferencias no lo hacen… ¡Pero el avivamiento lo hace!

Cuando Dios está haciendo algo genuino entre Su pueblo, Satanás conspira contra ellos. “Pero aconteció que oyendo Sanbalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los de Asdod, que los muros de Jerusalén eran reparados, porque ya los portillos comenzaban a ser cerrados, se encolerizaron mucho; y conspiraron todos a una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño” (Nehemías 4:7-8).

¡El enemigo se enojó mucho y conspiró para subir contra ellos para luchar y para obstaculizarlos! Su táctica era infiltrarse en secreto en medio de ellos acercándose sigilosamente de forma inesperada. “No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio de ellos y los matemos, y hagamos cesar la obra” (Versículo 11).

Planearon poner en medio de ellos un ejército secreto de personas falsas encubiertas. El enemigo no hizo un ataque abierto, repentino o frontal, sino que dijo: “¡Vamos a llegar desde en medio de ellos!”

¡La táctica era sabotaje interno! El enemigo dijo: “Nunca sabrán lo que está sucediendo.”

Y la estrategia de Satanás nunca ha cambiado. Incluso ahora está enviando sus “ángeles de luz” en las reuniones alrededor del mundo con sabotaje y seducciones doctrinales.

¿Cómo podemos detectarlos? ¿Cuál es nuestra salvaguardia? “Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche” (Nehemías 4:9). La clave aquí es un intenso odio por el pecado, verdadero quebrantamiento, oración ferviente y constante vigilancia, junto con mantenerse saturado con la Palabra de Dios.

Amado, permite que el Espíritu Santo escudriñe tu corazón muy profundamente, para que andes totalmente libre de culpa ante el Señor en esta hora tardía.